martes, 21 de junio de 2011

Señor Camps,


Hoy Camps juró y rejuró ante les Corts, con una mano en el corazón y la otra sobre el Estatut, que retomaría su cargo como President de la Generalitat por tercer año consecutivo de una manera leal y honrada, cumpliendo con sus menesteres para con el pueblo valenciano al que representa.
Con su traje de chaqueta ceñido al cuerpecito de rata cleptómana y un botón a punto de estallar sobre su mondongo, abdomen o guata de cuatrero maleante, el señor, también conocido como Chorizo Francisco Camps, sonreía manifestando unos diminutos dientecillos afilados de roedor, ante una multitud fascista, opulente, codiciosa, interesada y pancista postrada y obnubilada ante tan radiante luz que desprende Francisco, Paquito para los amigos Camps.
Que maravilloso ser éste, que rodeado de gente tan espléndida y lozana como Rita, alias usurera Formúla 1 o Fabra timador aéreo, y una larga lista de campechanos colegas de correrías y travesuras, nos hacen amar nuestras grandes riquezas históricas como Terra Mítica, La Ciudad de las Artes y las Ciencias, el esperado y más que espectacular nuevo y accidentado Hospital de la Fé, la Fórmula1, los grandiosos y húmedos campos de golf, la visita de un papito al que llaman gran salvador y defensor de los derechos humanos y la Copa America que colmó de velas blancas nuestro Mediterráneo. Para prioridades, las vuestras hermosos.
Será por algo que los jóvenes con ganas de revelarse, descubrir, progresar y vivir en un mundo lleno de grandes ideales y sueños cumplidos terminan marchándose de Valencia, o quedándose para convertirse en excluídos sociales por ser unos "antisistema".
Aceptar o estar fuera. Chupa y calla o te largas.
Será por algo digo yo, que en las últimas manifestaciones más de 50.000 personas salieron a las calles valencianas mostrando sus descontento ante un sistema que ni nos atiende ni nos defiende.
Pues no se señor Camps, como tiene usted la tranquilidad de espíritu y la gran caradura de prometer dichoso y radiante que va a ejercer correctamente su cargo cuando tiene tras de si varios juicios pendientes por corrupción y a mitad de la población infeliz.
Disculpe mi impertinencia pero, ni usted ni ningún holgazán como usted, que son muchos en las Cortes y el Congreso, me representa, si está ahí, es porque otros, no yo, ni muchos lo quisimos, así que no sonría tanto por favor.
Asuma sus responsabilidades de culpa, pida perdón al pueblo y renuncie con la poca dignidad que le pueda quedar a un cargo que sobra decir, le está demasiado grande.
No necesitamos ni queremos a falsos, interesados y dementes que hablen por nosotros, porque tenemos nuestra propia voz que supera con creces sus decisiones.
La lucha no cesa. Usted en las Cortes, protegido por delincuentes y convenencieros, nosotros, protegidos por la esperanza, la fuerza y el amor por una tierra que nos une, la tierra con la que soñamos y no la que ustedes nos venden.


A.Benlloch