viernes, 29 de noviembre de 2013


Mi parto es mío 

Llevo un buen rato intentando escribir sobre cosas que rondan mi cabeza hace tiempo, pero esto de la maternidad es mas duro de lo que pensaba y precisamente tiempo y una mente despejada es lo que mas echo en falta últimamente.Se que es un típico escuchar que tener una hija te cambia la vida. Así pensaba yo, hasta que me tocó… Y es que realmente lo ha hecho, en todos los sentidos.Hace casi seis años terminé la facultad con unas ansias bestiales por comerme el mundo. Y puedo decir que desde entonces no pare de hacer aquello en lo que creía que merecía la pena invertir esfuerzo y tiempo. En estos años me sentí más llena de vida que nunca, realizada profesional y personalmente en todos los sentidos, feliz de conocer y reconocerme en mis viajes, tranquila y segura de mis decisiones.  Hasta que sin darme cuenta, me convertí en madre.Maia Micaela tiene tan solo tres meses, y es como si el tiempo simplemente se hubiese detenido. Como si todo lo demás ya no tuviese el mismo sentido, la misma intensidad, el mismo color o la misma fuerza. Es como si esta pequeña masita de carne me absorviera tan fuerte que ya no quedara para nada más. Y es que ser madre es mas intenso, mas dedicado y mas duro y maravilloso que ninguna de las cosas que viví jamás en mi vida.Es incredible cuando pienso en lo que sin darme cuenta he aprendido o ya sabía sin saberlo. Todas esas cosas que una ha de hacer cuando tiene a su bebe en brazos, como cogerla, como alimentarla, como calmarle el llanto… como si la naturaleza aullara fuerte adentro mio y el instinto que alguna vez creí no tener, aflorara en su orden natural y supiera, de pronto, hacer todas aquellas cosas que pensé no sabría hacer algún día.Y hablando sobre esto de ser madre recuerdo que hace unos días fui a la proyección de un documental realizado por una directora valenciana, “Naixer” que significa “Nacer”, donde se trataba el tema del nacimiento y el parto respetado.Este es realmente un tema muy complejo, sobre todo porque desgraciadamente hay mucha desinformación al respecto y con ello se ha hecho un grandísimo negocio.Para no hacerlo muy técnico voy a hablar desde mi experiencia y como todo esto de parir e informarme al respecto cambió mi vida y se que la de mi hija para siempre.El mismo día que me enteré de que estaba embarazada y que mi pareja y yo decidimos seguir adelante con el embarazo fue que tome la decisión de tener a mi niña en Valencia. Los motivos estaban claros, era la primera vez que iba a dar a luz, estaba asustada y en esos momentos el único lugar donde quería estar era en mi tierra arropada y segura tanto por mi familia como por las profesionales y responsables de la llegada de mi hija a este mundo.Así fue que llegué, con 6 meses de embarazo y asumiendo, que sería la Fé el hospital donde seguramente traería a mi hija.Siempre pensé que si alguna vez me quedaba embarazada quisiera que el parto fuera un momento muy especial, siempre lo es, pero yo lo quería realmente especial.Nunca dude de la Fé como buen hospital en general, pero yo esperaba algo diferente.Se que los hospitales no dejan de ser centros donde van los enfermos a tratarse, a curarse… y yo, estaba embarazada, no enferma. Así que empezó a incomodarme la idea de ir a un hospital a dar a luz, aunque hoy en día se considere lo mas normal del mundo.Habia escuchado sobre un centro en plan casa de partos en Villareal, un poco lejos de aqui, adaptado con piscinas para el parto y donde el parto fisiológico y respetado era la única forma de traer seres al mundo. Cuando se lo comenté a mi familia, como esperaba, no les pareció una gran idea.No podían concebir la idea de poner en riesgo mi vida o la de mi bebe sin los cuidados y la seguridad de un hospital.Así fueron pasando las semanas, en lugar de disfrutar mi embarazo, empecé a sentirme aterrada de que llegara el momento. Y es que nunca tuve miedo al parto, nunca tuve miedo a sentir dolor… estaba aterrada de que llegado el momento, las personas que iban a atender mi parto no respetaran mis decisiones, como mujer y como madre y por ende, los derechos de mi hija en un momento tan crucial como su nacimiento.Fue así que investigando di con la asociación El parto es nuestro y fui a una de sus reuniones. Conocerlas y conocer a las mamas que dieron sus testimonies cambió mi vida.Parece que en la actualidad las personas han olvidado que parir, es el proceso mas normal y natural de vida que existe en nuestros cuerpos y como tal, estamos preparadas para soportar y recibir a nuestros hijos tras dilatar, romper aguas y pujar hasta que salga su cuerpo por nuestra vagina.Claro que siempre existen casos de complicación donde es necesario intervenir  ya sea con instrumentalización o cesárea, pero repito, tan solo si es absolutamente necesario.Es realmente triste y preocupante que cada vez sean mas los casos de nacimiento por cesárea, una se pregunta si es que las mujeres hoy en día no sabemos parir o es que nos están tomando el pelo y estamos dejando que hagan con nuestros cuerpos lo que al sistema le viene mejor. Más rápido y mas caro para nuestros bolsillos.Otro motivo por el que no quise dar a luz a mi hija en Perú fue precisamente porque no quería que me abrieran, no quería tener que discutir con medio hospital para tener el parto que yo quería ni podía permitirme pagar a una casa de partos para tener a mi hija de la forma más natural y respetada posible.Parece mentira que para hacer algo tan natural tengamos que pagar por ello.Así es en Lima pero también en España.Son muchas las mujeres que conozco que acabaron con una cesárea por razones realmente absurdas y terribles, aunque estas mujeres, no sean conscientes de ello por la plena e injustificada confianza en los “profesionales” de la salud. Casos como “me programaron el parto pues mi doctor tenia que irse de vacaciones a su casa en la playa” o “la doctora me dijo que mi cuerpo y mis caderas no estaban preparadas para resistir el parto”.Barbaridades como estas se escuchan todo el tiempo en clínicas privadas, donde realizar una cesárea cuesta mas del triple que un parto normal y no entra en el seguro medico de los peruanos, sin hablar de que se trata de una operación en toda regla y las consecuencias que tiene para el recién nacido y el inmenso trauma que supone todo esto para madre e hijo.
Me hace gracia cuando muchos justifican que los bebes no se acuerdan de nada y que con una cesárea un niño sufre menos al nacer. No voy a alargarme mucho con el tema porque da mucho que hablar. Solo diré que nuestros cuerpos, seamos como seamos son la maquinaria natural mas perfectamente diseñada y preparada para parir. Si la naturaleza concibió que el bebe tuviese que pasar por el canal del parto para ser expulsado por la vagina tiene una justificación, y es que nuestro cuerpo no hace las cosas por capricho. La inmensa liberación de hormonas que se produce durante el parto ayudan al cerebro del bebe bebé para su futuro desarrollo que con los años se vera reflejado en el aprendizaje, el sufrimiento fetal esta mas que justificado y es que esta comprobado que esto prepara a los bebes para enfrentarse al mundo.  No es lo mismo nacer cuando se está preparado, que ser forzado a nacer antes de tiempo. No es lo mismo nacer tras haber tenido sufrimiento fetal, que nacer sin haber sufrido ningún estrés. No es lo mismo nacer y encontrarse en los brazos de la madre, que nacer y sentirse solo y desamparado en una incubadora.El tipo de nacimiento influye en el bebé. Influye en su actitud en los meses posteriores, en su nerviosismo y la facilidad o dificultad que encontraremos para calmarle. Influye en el éxito o fracaso de la instauración de la lactancia. Influye en la manera en que ese bebé se relacionará con el mundo exterior, bien con curiosidad y arrojo o con recelo y miedo. Suele decirse que “la primera impresión es la que queda” y si la llegada al mundo del bebé es traumática, su percepción del mismo será la de un lugar duro y sin contemplaciones, lo que probablemente dejará una huella perceptible en su personalidad.A mi me queda clarísimo que los seres humanos somos cada vez mas cómodos y esto se ve reflejado en algo tan básico como nacer. Ni el embarazo, ni el parto, ni la posterior lactancia y crianza son sencillas. Pero es que la naturaleza nunca quiso que lo fueran, y tiene su explicación. Buscar la sencillez, la rapidez y la comodidad en todo, nos arrebata lo mas esencial en el ser humano, prepararnos correctamente para la vida.
Volviendo a mi caso… y tras mucho tiempo de prepararme, informarme y estar mas que lista y concienciada para ello llegó el día.Encontré el lugar donde sabía que respetarían mis decisiones, donde podía tener a mi hija como yo quería, sin miedo, sin riesgos, con respeto.Me rodee de mujeres y amigas que me contaron sus experiencias, que me apoyaron y conocí el importante papel de las doulas.Yo quería un parto natural, quería dilatar con calma, escuchar a mi cuerpo y que todo fluyera como debía hacerlo. Darle el tiempo a mi hija para que se colocara y decidiera nacer. Sabia que no quería oxitocina química porque mi cuerpo, ya iba a generar la suficiente para hacerme dilatar sin prisas y sin mas dolor del necesario. Acompañada todo el tiempo por mi pareja y Juani, la hermosa matrona que me ayudo a sacar a Maia. Con el altar que días antes me habían preparado mis hermanas, mi madre y mi pareja, con los mantras que me ayudaban con la respiración, caminando, sentándome, ayudándome con agua caliente… el parto, era por momentos un éxtasis de emociones, de amor y dolor a raudales de cansancio y ansias por ver su carita y tenerla en mis brazos.Nunca me opuse a la epidural por completo, y aunque mi idea era llegar al parto sin necesidad de usarla, tras 24 horas de contracciones y casi en 8cm de dilatación la pedí.Pese a todo, pude sentir las ultimas contracciones que ayudaron a que mi hija naciera, sentirla fluir por mi cuerpo deslizándose hasta sacar su cabecita por mi vagina y al final, sacar su cuerpo con el cordón latiendo fuerte y unidas, desnudas y abrazadas sobre mi pecho, llorando tan fuerte que la oxitocina se respiraba disparada por toda la habitación. Ese fue el instante mas increíble, doloroso y hermoso de toda mi vida.
Se que lo viví así porque en ese momento no tuve que preocuparme por si hacían lo que yo quería, por si me escuchaban, por si me respetaban. Todo estaba claro y hablado. Ese era mi momento, nuestro momento y yo, tan solo tenía que centrarme en parir.Dar a un luz a Maia Micaela fue el momento mas intenso de toda mi vida y gracias a esa experiencia y al puerperio, la lactancia y el embarazo, se que soy increíblemente fuerte y que estoy lista para hacerle frente a la vida sin ningún miedo.Ojala todas las mujeres fueran mas conscientes de lo que supone parir y hacerlo del modo mas natural posible.No puedo evitar emocionarme cada vez que recuerdo y hablo sobre mi parto, hace solo tres meses y está todo muy reciente.Mi intención con esto, va mas allá de convencer a unas y otras, se trata de generar conciencia, de invitar a las mujeres a informarse a tomar decisiones sabiendo lo que hacen y por qué lo hacen y sobre todo, a cuestionar a los médicos, ginecólogas y enfermeros. Escucharnos… escucharnos siempre, escuchar a nuestros bebes y hagamos lo que hagamos, hacerlo empoderadas, conscientes y seguras de nuestras decisiones.

A.Benlloch
                                                                                  

miércoles, 20 de noviembre de 2013

El barrio en bicicleta

Hoy conocimos a Toni. Arregla bicicletas casi desde que era niño, cuando el viejo Miguel se convirtió en su mentor. Tenía un destartalado taller en el barrio, en una vieja casa del Cabanyal, frente al mar. Repleta de herramientas de todos los tamaños y formas, llantas, ruedas oxidadas y un gran montón de otras piezas repartidas por todo el taller.Al fondo, un cerro de bicicletas amontonadas cuyas ruedas, parecían echar raíces en el suelo y crecer por las paredes de la casa.Toni nos habla de Miguel como un ser místico, un artesano que nunca supo que era artista cuya vida giraba en torno a las bicicletas. Extravagante y alocado, todo un personaje que el mundo ya empezaba a echar de menos.Miguel tenía sus propias creaciones; bicicletas de seis ruedas, con toldos o banderas, siempre con frases célebres pintadas al estilo "La vida es mas bella sobre ruedas" o "Ni gastan ni contaminan".Toni lo recuerda solo, acompañado únicamente de sus bicicletas y herramientas. Las puertas de su taller siempre abiertas, casi nadando entre chismes y tuercas.En la pared de su taller cuelga un calendario pasado y al costado, varias fotos en blanco y negro del viejo frente trabajando o sobre sus bicicletas espaciales.Toni lo toma con calma, el no vende piezas ni bicis nuevas. No le interesa lo nuevo.Cree que todo lo usado tiene arreglo y que esta crisis trajo algo positivo, y es que la gente ya no puede permitirse el derroche, "se acabó el usar y tirar" dice.El concibe el mundo como la rueda de una bici, redondo, siempre en movimiento, avanzando hacia delante, incluso cuando estamos parados.Le gusta la vida sencilla, abrir el taller cuando se levanta, almorzar al caer el sol de medio día mientra lee el periódico y ahoga los estragos de un país en decadencia en un quinto de cerveza.Siempre la misma rutina para empezar bien el día.Lo dejamos trabajando en su taller, con la radio sonando de fondo y ajustando unas cadena en mal estado.Sobre la puerta no hay ningún nombre, solo una pequeña bicicleta de acero sobre una tabla de madera.

A.Benlloch

martes, 3 de septiembre de 2013



La laguna de Maia

Hace unos días nació mi primera hija, Maia Micaela, un 22 de agosto a las 00:50, tras 22 horas de parto y en una noche de luna llena. Solo cuando la tuve sobre mi, aún unidas por el cordón y sintiendo su cuerpecito vivo y caliente sobre mi pecho, supe, que ella, sería el ser que mas amaría el resto de mi vida. Un mes antes de nacer le escribí su primer cuento, el primero de muchos que le leeré en las noches, donde ella siempre será la protagonista, la salvadora, la incansable viajera que recorrerá el mundo buscando aventuras. Te amo hijita. Cuentan que una noche de luna llena, nació una niña brillante con ella, nació en el fondo de una laguna, sin término, sin límites, de agua tan clara y tranquila que asusta,entre peces de colores y bufeos colorados, salió nadando desnuda, sonriéndole a la vida, de ojos negros como las profundidades de aquel lago y cabello largo y enredado. Dando patadas con los puños cerrados, riendo a carcajadas entre salto y salto. Cuentan los que saben, aquellos que conocen en verdad la historia, que un día llegaron forasteros, para secar la laguna. Bajo sus aguas plácidas y limpias, descansaba el oro cotizado,y sacando el agua de los humedales, lograron el objetivo deseado. Los peces perdieron sus hermosos colores, los bufeos dejaron de ser rosados,ya la tristeza cubrió, las tranquilas aguas del lago. La niña brillante, de ojos negros y fuerte carácter, apretó con ímpetu sus puñitos, y poniendo sus brazos en alto, gritó tan alto, tan alto, que las plácidas aguas del lago se convirtieron en huracanes, como boraces bocas de leones, asustaron a los codiciosos forasteros, haciéndoles huir sin su dinero.Cuentan quienes saben, aquellos que en verdad conocen la historia,que nunca más regresaron, pues asustados los hombres malos, hablaron de los "fantasmas" del lago. La niña sonriendo, siguió saltando y nadando entre sus amigos de colores y los bufeos colorados. Su nombre fue Maia como la estrella en el cielo, siempre sonriendo, fuerte, valiente, sin miedo.

A.Benlloch.