Todas las mañanas a las 8am: Maria Antonia
Hoy leí algo muy interesante, entre otras funciones de los órganos de
nuestro cuerpo con las que me sentí absolutamente identificada...
cuando leí sobre el intestino delgado, no pude evitar pararme a leer
lentamente. Mis problemas de salud relacionados a este órgano, parece
que tienen un origen.
EL Intestino Delgado:
Es
la etapa final de la digestión, es el comienzo de la absorción, provee
la base para la construcción y el crecimiento, construye su
personalidad, su carácter, su fuerza de voluntad, su confianza, pero más
importante que todo es que refleja los estados más importantes de
nuestra vida.
De modo que puede que realmente no
funcionemos cuando una persona sufrió una gran vergüenza. Esa vergüenza
sufrida en la primera infancia. Son muy conscientes, muy cercanas las
personas, piensan que no se están acordando o pensando en ello, pero se
acuerdan del colegio, la primera vez que menstruaron, los niños con
quienes jugaron, algún pariente que les hizo sentir vergüenza.
Yo
contaba con solo 9 años cuando una profesora llamada Maria Antonia,
arrogantemente rancia y franquista, me reveló que yo no serviría para
nada en este mundo, que mi existencia era una burda equivocación del
señor. Que era una persona poco inteligente, y que para lo único que
serviría en mi vida, sería para hacer garabatos sobre un papel.
Esta
misma profesora le dijo seriamente a mi madre, cuando tan solo contaba
con la edad de 9 años, que ya podía ir pensando en sacarme de la escuela
porque yo era una pérdida de tiempo.
Nunca, ni hasta el
dia de hoy, logro comprender que tanto odio le profesé yo a esta
"maestra" que irremediablemente, hizo un daño terrible parece ser que a
mi intestino delgado.
Hasta que lo superé, hace muchos años, o al menos, eso pensaba.
El
día que recibí mis notas para el acceso a la Universidad fui
direcatemente a su clase. Se encontraba reunida con alguna madre de
alguna desafortunada niña como yo, quizá. Me reconoció al instante. No
pude hablarle, mi absurdo sentimentalismo desmesurado no me permitió
reprocharle nada.
Se que hace años se murió, sola y vieja, como la recuerdo en mi infancia.
Las
consecuencias de sus palabras no fueron mas que años de desconfianza
hacia mi persona y mi capacidad propia. Aún hoy, tengo momentos en los
que callo mi respuesta por miedo a estar equivocada.
Quizá
por eso me he esforzado tanto en mi vida para demostrar a los demás que
si quiero algo puedo lograrlo, solo es tener ganas y predisposición
para ello.
Pese a mis problemas comunes con el intestino y
otros órganos relacionados, puedo decir, que soy bastante puntual en mi
horario excretoso, es mas, hay días en los que puedo evacuar hasta en
tres ocasiones... esto me hace pensar, si mi mierda está estrechamente
relacionada a mis intestinos, y mis intestinos están ligados a un trauma
infantil que me angustió a los 9 años, puedo decir felizmente y con
mucho placer, que todos los dias me cago en Maria Antonia.
Quizá
le debo más de lo que creo. Supongo que su intento de desaliento hacia
mis aptitudes me llevaron a querer con mas rabia lo que ahora tengo.
Creo que le salió el tiro por la culata, mejor dicho, por el culete.
Gracias profesora Maria Antonia.
A.Benlloch