sábado, 26 de febrero de 2011

El Rey de las mariposas


Sus mariposas se venden en todo el mundo. Viajan desde Tingo María a Lima y de Lima emprenden de nuevo el vuelo hacia EEUU, Europa Y Asia.
Sujetas por un alfiler permanecen inertes y coloridas como recién emergidas de su capullo.
Todos en Tingo María le conocen. "Los bichos son mi vida" dice mientras admira una Morpho Menelaus de inmensas alas azules brillantes y cuerpo diminuto.
Salimos por tres días a la selva, listos para grabar y fotografiar mariposas y toda clase se insectos. Nos da alojamiento, comida y transporte.
Dos de sus "chacales" nos acompañan a la reserva. Poco después de entrar cientos de mariposas revolotean entre nosotros. Algunas tan grandes como pequeños pájaros que sin temores, se acercan luciendo sus colores y figuras.
Fue el único día que tuvimos contacto con mariposas.
El último día antes de partir nos asaltan las dudas. Y si simplemente somos una tapadera? una extranjera y dos limeños, jóvenes y con una excusa perfecta; fotografíar mariposas, que regresan cargados de cajas repletas de insectos disecados, cajas cuyo contenido desconocíamos por completo.
Todo tenía sentido para nosotros, la invitación repentina, los chacales, las puertas cerradas, las preguntas sin responder y sobre todo, los bichos que prácticamente no vimos. Que poderosa es la mente que te hace creer cualquier cosa.
Antes de partir rumbo a Lima escribimos una pequeña nota en la que aclaramos "Los firmantes tenemos sospechas de la carga de este vehículo, pero por razones de nuestra propia seguridad nos mantenemos al margen de preguntar cualquier cosa, 1 de junio de 2010, 5:30am"
A mitad camino nos invade el remordimiento. Dejamos de ver al Rey de las mariposas como un narco despiadado. Nos cuenta de hace años le ofrecieron meterse en el negocio de la droga, pero el prefiere vivir de lo que le apasiona, los insectos.
Había hecho una pequeña fortuna exportando sus bichitos y era conocido en congresos y entre los eruditos de la entomología.
Ya en Lima nos invita a su casa. Millones de insectos yacen en cajas, de todas las formas, colores y tamaños, hermosos y repugnantes. El olor de la bencina penetra en nuestras fosas nasales.
Nos despedimos de él, felices de estar en casa de nuevo, sanos y salvos pero llenos de dudas.
Nunca más volvimos a verle, nunca reclamó sus fotos.
Esa fue la primera vez que viajé a a selva, la selva del Rey de las mariposas.


A.Benlloch

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