miércoles, 4 de mayo de 2011

Rojo pasión


Mi abuelo me contó que cuando era niño durante la guerra civil española, mientras su padre estaba encarcelado por sus ideas y a punto de ser fusilado por defender los derechos de su pueblo y su lengua, él y sus hermanos se alimentaban de pieles de naranja para llenarse el estómago vacío. Fueron unos años difíciles, no sólo durante la contienda, también durante el periodo de dictadura y represión que reinó durante los siguientes 36 años. Me contó que un día, sentado en la vereda frente a su casa, con los pantaloncitos de felpa roídos y tan flaco como una caña, jugaba con la tierra haciendo surcos en ella. Una vieja franquista salió de su acaudalada casa armada con una escoba y lo sacó a patadas gritándole "Sucio rojo". Hoy sentí lo mismo que pudo sentir mi abuelo en ese instante. Quizá no me golpearon con un palo, ni me amedrentaron con patadas, pero las palabras mal intencionadas y llenas de odio fascista estaban en el comentario que hoy leí en el facebook justificando un video cuyo contenido había sido claramente manipulado por un conocido Medio de Comunicación del país. El comentario dice así “ya veo porque el país esta como está...porque acá se nota que habla puro rojo equivocado nada mas...”
Nunca entendí bien el término “rojo” mi planteamiento tanto en el terreno de las ideas como en la práctica política es de izquierdas… si pertenecer a la izquierda se refiere pertenecer a un segmento del espectro político que considera prioritario el progresismo y la consecución de la igualdad social por medio de los derechos colectivos, sociales. Frente a intereses netamente individuales, privados y a una visión tradicional de la sociedad que suele estar representada por la derecha política. Si pertenecer a la izquierda en el marco teórico supone defender una sociedad progresista, igualtaria e intercultural respetando multitud de ramas ideológicas… entonces, claramente soy de izquierdas.
Mi familia también es de izquierdas, aunque nunca me han educado dentro de una estructura política consolidada, simplemente han dejado que tanto mi hermano y yo decidamos libremente cual es el planteamiento que mejor se adapta a nuestras creencias y acciones en el mundo.
Por supuesto que la historia de mi país y la posición de mi bisabuelo y mi abuelo en ella han influido bastante en mi decisión a la hora de posicionarme claramente en la izquierda y por consecuencia ser una roja del carajo.
Si ser rojo representa ser comunista he de decir, claro que tengo una afinidad con los planteamientos teóricos que defiende el comunismo, me gusta leer sobre él y comparto sus bases filosóficas, aunque no todas ni a rajatabla. Como todos los planteamientos, creo que creer ciegamente en algo sin ser capaz de poder ver más allá o estar abiertos a otras versiones liberales o democráticas supone a la larga un anquilosamiento teórico y práctico de la situación política de un país.
No entiendo por qué algunos se empeñan en utilizar el término “rojo” como un insulto, o para infundir el terror. Claro que algunas prácticas dictatoriales han estado vinculas a estos planteamientos y por lo tanto a este color… pero actualmente el mundo vive anclado bajo una orden totalitaria, abusiva, intolerante, represiva, subyugadora, abusiva e injusta, que asumimos como necesaria y única.
Que color tiene el imperialismo, el capitalismo, la pobreza, el individualismo, el racismo y el colonialismo?
El gran problema de los partidos de izquierda de la mayoría de países, a mi parecer, es que no renuevan prácticamente sus organizaciones y mucho menos sus estrategias desde hace más de dos décadas. El mundo está en un constante cambio y cada sociedad de adapta a las características particulares de su territorio, ya sean climáticas, geográficas, culturales o simplemente históricas. No tener en cuenta estas cuestiones a la hora de adaptar un planteamiento teórico o filosófico conlleva una superficialidad en sus mejores aplicaciones.
Como dijo Lenin “Para conocer realmente un objeto hay que abarcar y estudiar todos sus aspectos, todos sus vínculos y mediaciones. Esto jamás lo conseguiremos por completo, pero la exigencia de estudiar las cosas en todos sus aspectos nos prevendrá contra los errores y la rigidez”.
Yo no me siento representada por muchos políticos que hoy, se jactan de simbolizar la izquierda mientras vemos como sus acciones políticas se alejan de las necesidades de su pueblo y las acciones sociales que son prioritarias en esta rama que supuestamente cuestiona el sistema capitalista y al que nos arrinconan como cerdos a punto de ser sacrificados sin consentimiento.
Yo soy de izquierdas y por lo tanto soy roja, pero ejerzo mis ideales del modo más sincero, desinteresado y honrado que puedo dentro de lo que el espectro humano y sus contradicciones me permite. Plasmando lo mejor de este marco teórico y que yo considero rescatable en el día a día y en aquello que está al alcance de mi mano.
Por lo tanto, aunque a muchos les pese o les parezca el peor insulto que pueden propiciar, he de decir, que yo me siento orgullosa de ser “roja”, y que me gusta este color que representa la energía, la pasión, la fuerza, el emprendimiento y la acción.


A.Benlloch

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