lunes, 1 de agosto de 2011

Mientras duermes


A veces cuando duermes me quedo mirandote, la forma que hacen tus ojos oscuros como una línea recta perfecta poblada de pestañas kilometricas, identicas. La pequeña señal que tienes en la frente, justo donde comienza la ceja. Tus bigotes de gato visionario y tu boca constreñida por el sueño, dos labios recios perfectos, que minutos antes corretearon los mios en medio de la modorra y el calor de la cama. Buscandonos en la oscuridad y enredandonos bajo el peso de las sabanas. Me gustan tus orejas, son blanditas y elásticas.
Te mueves, bajo tus párpados sellados se ocultan dos pupilas negras, en constante agitación fantasiosa, estás soñando. Imágenes visionarias de un mundo lleno de disparates fascinantes, me pregunto si saldré en ese sueño.
Es a veces cuando te miro dormido que empiezo a conocerte de nuevo. Tu pecho se mueve bajo el edredón, respira tranquilo, da un patada y regresa, se acurruca y resopla, como si supieras que alguien está observándote, en silencio.
A ratos hablas, no te entiendo muy bien pero igual te respondo, como un modo de introducirme en tu viaje, me da la risa y aguanto la carcajada sobre la almohada.
Por momentos me eres desconocido, frente a mi se rebela la materia de un ser al que apenas comprendo. Dormido eres totalmente libre, independiente. Imposible de alcanzar. Solo hace dos años que tropezamos, de casualidad. Y ahora duermo a tu lado, velando tus sueños, observando tus rasgos como a los de un extraño.
Llega mi sueño, poco a poco siento como calma mi cuerpo, mis párpados pesados luchan por mantenerse despiertos, frente a mí tu rostro se torna borroso, me acurruco buscando el regazo de la almohada y me convierto en un feto arropado por la cama. Siento una mano que en la oscuridad me busca inquieta, encajamos, como dos piezas perfectas, hechos uno, tu respiración está ahora en mi pecho. Entonces llega, atrás quedaron las dudas y los miedos.


A.Benlloch

1 comentario:

  1. me gusta Alba.
    Seguro que casi todos hemos vivido un momento asi. y viendolo/a dormido/a, hemos sentido la seguridad que nos transmite.
    te quiero solo un poquito.
    au

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