Recuerdos de metal
De pronto recordó su cofre. Un joyero de metal que le regalaron en su noveno cumpleaños y donde guardaba todos sus secretos. Se subió a una silla y allí sobre el último estante y cubierto de polvo, se encontraba su viejo cofre desteñido y lleno de recuerdos. Encogió hasta convertirse en esa niña introvertida, rolliza y soñadora que algún día fue y que ahora tenía entre sus manos el mayor tesoro que podía imaginar. Toda una vida guardada en una pequeña caja olvidada durante años que había sido descubierta por algún motivo que estaba a punto de averiguar.
A.Benlloch
al fin se puede comentar! ...bravos los cuentillos .
ResponderEliminarMuy Bueno Alba
ResponderEliminarGracias! me alegra que te guste.... cuanto tiempo sin saber de ti! quien no ha tenido una cajita o algún lugar donde ha guardado sus secretos más queridos de niño?
ResponderEliminarHola Alba! Nos tenes abandonados con tus cuentos!
ResponderEliminarComo estas , tanto tiempo?
Y cuando llega otoño y el el inicio del frio nos recuerda que debemos abrir nuestro armario para preparar nuestra ropa de invierno.
ResponderEliminarEn ocasiones también entonces aparece algun cofre, en algún bolsillo de chaquetas, abrigos...
algun cofre en forma de boligrafo.. ese boli que tanto echaba de menos y que crei perdido. con el que tan bien y a gusto escribía... ó ese encendedor, ó mejor todavía un billete de veinte euros. que nos soluciona la compra del día.
Pero cuando ese cofre se vuelve inmensamente cruel, es cuando tocas, hueles esa ropa de invierno de alguien que ahora no esta contigo, y que miras y la sientes en la distancia anhelando verla con ese abrigo de nuevo sobre sus hombros y la bufanda alrededor de su cuello.
¡ojala tuvieramos un cofrecillo nuevo que descubrir cada dia!
tqmmuchito