martes, 29 de marzo de 2011


La vuelta al mundo


Desde que tengo memoria he querido hacer muchas cosas en mi vida, cambiaron algunos de mis gustos, he pasado por cientos de etapas y he conocido a tantas personas que me es imposible recordarlas a todas.
Pero hay algo con lo que siempre he soñado y sigo deseando con el mismo afán que de niña: dar la vuelta al mundo. Y no hablo de subirme a un globo como Willy Fog para regresar en 80 días. Siempre me imaginé mochila al hombro, encima de los trenes o haciendo dedo en alguna carretera de la Pampa. No se si influenciada por los libros que leía o por algunas películas, pero siempre, vi el mundo, como un lugar demasiado inmenso, demasiado hermoso y demasiado sorprendente como para dejarlo pasar.
Nací en un pueblo pequeño y tranquilo bañado por el Mediterráneo, donde casi todos nos conocemos o somos familia, lo que me dio mucha libertad desde pequeña. Aunque la belleza de los cielos valencianos, de sus huertas y bosques nunca fueron suficientes para mi. De algún modo, siempre me sentí asfixiada por ese lugar.
Mis primeros viajes solo fueron pequeños piqueos de un plato que estaba aún por cocinarse. Solo cuando crucé el charco sola, con mi mochila a la espalda y el dinero justo de tres meses de trabajo intenso en mi bolsillo, sentí que empezaba a volar de verdad. No es fácil llegar a un país extraño sola, llena de miedos y sin saber muy bien que puede pasar. Cuando lees libros de aventuras todo parece mas fácil y accesible. Solo con el tiempo comprendí, que la verdadera magia está en la vida real.
Cuando viajas siempre crees de un modo u otro que has de regresar. La tierra tira demasiado fuerte, y así fue por momentos, los mas difíciles. Cuando estas enferma, cuando estas triste o te sientes sola y no hay nadie a quien abrazar. No es fácil hacer amigos, amigos de verdad, de esos con los que no hace falta justificarse porque te conocen tan bien que las palabras están de más. Cuanto mas tiempo pasas lejos, mas frío se vuelve el dolor.
Es duro separarse de las personas que amas. Alejarme de mis padres, de mi hermano, de mis amigas, de mis abuelas, de mis primos, de mis tíos y de mis perras, es la decisión más difícil que he tomado en mi vida. Y es algo que sufres cada día, que de algún modo pagas porque nunca sabes que puede pasar y el tiempo que no estás con ellos es tiempo que no voy a recuperar nunca. Pero esto, es algo en lo que intento no pensar.
Viajar es como respirar para mi.
De niña escuché muchas veces la frase "ya cambiaras tu forma de ver el mundo cuando crezcas", pero esto, es algo que nunca se te va. Lo que tengo claro, es que yo jamás le diré algo así a nadie. Que a muchos adultos se les haya olvidado soñar no significa que a todos nos tenga que pasar lo mismo.
Ahora de nuevo, siento que el mundo gira y gira, que me llama como cuando devoraba los libros o me sentaba en la terraza viendo las luces del mar. Soñando con llenar mi mochila y volar, con subirme al techo de un tren o hacer dedo en la pampa.
El tiempo que haga falta, que el mundo es muy grande, y darle la vuelta entera puede ser un viaje muy largo.
Pero no tengo prisa. Tengo aún toda la vida por delante.


A.Benlloch

2 comentarios:

  1. Ojala! tomes ese tren para dar la vuelta al mundo y que pare en las estaciones que tu desees.
    Ojala! ese tren esté lleno de gente como tu, y que compartais todo de todo.
    Ojala! que el dios del viento lleve tu velero a los más interesantes puertos.
    Ojala! tengas tiempo para compartir todas las vivencias con nosotros, aquí, algún día.
    moltet.tqm

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  2. vuela,vuela,vuela,vuela, parotet

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